miércoles, 10 de abril de 2013

Manifiesto del Partido Comunista de España PCE en el Lunes sin sol de 8 de abril de 2013

Alicante un hombre ha sido detenido por la Guardia Civil por matar supuestamente a su esposa, a la que después descuartizó. Se desconoce el nombre y datos de la mujer asesinada


Las denuncias por violencia de género registradas en los juzgados y tribunales de España alcanzaron 128.543 en 2012, lo que supone un pequeño descenso respecto al año anterior, según la estadística difundida por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, con sede en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Nos alegraríamos si este descenso fuera debido a que se produce menos violencia contra las mujeres. pero lo grave es que esta disminución parece deberse al impacto de la crisis económica tanto en la víctima como en su familia y en la propia sociedad, impacto que "no favorece que las mujeres salgan del círculo de la violencia". Según refiere la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género.

La crisis frena las denuncias y frena también la posibilidad de que las mujeres puedan salir del círculo de violencia, pues vuelven a estar en mayor situación de dependencia económica.

La crisis es la justificación y la excusa.

Por eso denunciamos el empobrecimiento al que se somete a toda la población, pero especialmente a las mujeres, que parten desde una situación de mayor precariedad laboral, de menor acceso al empleo, de más responsabilidades familiares no compartidas.

Denunciamos que se está robando a los y las pobres para dárselo a los ricos. No entendemos que se recorte la sanidad, se baje las prestaciones económicas a las mujeres cuidadoras, se reduzca el subsidio del paro … y se salve a las grandes empresas, la mayoría multinacionales, que gestionan las autopistas, y se salve a la banca.

Denunciamos que en España, un sistema político corrupto oprime a las mujeres hasta al punto de llevarlas al empobrecimiento, con una involución de derechos y libertades sin límites.
Que las políticas de recortes sociales, fuerzan a las mujeres a la vuelta a casa con la sobrecarga del trabajo de los cuidados, de las personas dependientes y a merced de los mercados, ocupando los trabajos más precarios, llegando a niveles insoportables de explotación.
Que las mujeres jóvenes, las mejor preparadas académicamente de nuestra historia, no tienen más futuro que emigrar. Es una generación sin expectativas.

Denunciamos que pueda plantearse desde un espacio educativo, como es una universidad, la creencia de que “las mujeres maltratadas no deben separarse porque eso es amor”, consideramos que es de una imprudencia atroz este tipo de educación que una profesora universitaria imparte en sus clases de la asignatura Doctrina Social de la Iglesia de esta universidad privada.
Por eso decimos ¡basta! Y queremos recordar el manifiesto de la marcha mundial de las mujeres, queremos que se grabe en nuestra memoria y marque nuestro camino a seguir.
“Nosotras, las mujeres, hace mucho tiempo que estamos marchando para denunciar y exigir el fin de la opresión a la que somos sometidas por ser mujeres, para que la dominación, la explotación, el egoísmo y la búsqueda desenfrenada del lucro que traen injusticias, guerras, conquistas y violencias tengan un fin.

De nuestras luchas feministas y las de nuestras antepasadas que bregaron en todos los continentes, nacieron nuevos espacios de libertad para nosotras, nuestras hijas, nuestros hijos, para todas las niñas y los niños que, después de nosotras, caminarán sobre la tierra.

Estamos construyendo un mundo en el que la diversidad sea una ventaja, la individualidad al igual que la colectividad un enriquecimiento, donde fluya un intercambio sin barreras, donde la palabra, los cantos y los sueños florezcan. Este mundo considerará a la persona humana como una de las riquezas más preciosas. Un mundo en el cual reinará, equidad, libertad, solidaridad, justicia y paz. Un mundo que, con nuestra fuerza, somos capaces de crear.

Identificamos al patriarcado como el sistema de opresión hacia las mujeres y al capitalismo como el sistema de explotación de una inmensa mayoría de mujeres y de hombres por parte de una minoría, de una minoría que se enriquece hasta la indignidad a coste de la vida, y la sangre de los otros. Y decimos que este capitalismo se está extendiendo por nuestro mundo como la peste

Estos sistemas se fortalecen mutuamente. Se fundamentan y se conjugan con racismo, sexismo, misoginia, homofobia, colonialismo, imperialismo, esclavismo y trabajo forzado. Constituyen la base de los fundamentalismos e integrismos que impiden a las mujeres y a los hombres ser libres. Generan la pobreza, la exclusión, violan los derechos humanos, particularmente los de las mujeres y ponen la humanidad y el planeta en peligro.

Por eso ¡Rechazamos este mundo! Y Proponemos construir otro mundo donde la explotación, la opresión, la intolerancia y las exclusiones no existan más, donde la integridad, la diversidad, los derechos y libertades de todas y todos sean respetados”

Manifiesto del sindicato Unión General de Trabajadores (UGT) en el Lunes sin sol del 1 de abril de 2013

1 MINUTO DE SILENCIO




Tres nuevas muertes, tres mujeres asesinadas, una en Valencia G.R a manos de Miguel G. M. una en Lugo embarazada, una en Palma Soledad A.G. a manos de Mustapha M.

De nuevo una vez más y van 15. Nos reunimos para condenar con la mayor energía el despreciable asesinato de tres mujeres y para mostrar como otra vez, nuestra solidaridad con la familia y amigos de las víctimas y nuestra repulsa por su asesinato, hasta cuando…

También queremos mostrar aquí nuestra pena por la sociedad en la que vivimos, porque una sociedad que nos es capaza de acabar con esta lacra que nos impregna, es en el mejor de los casos una sociedad enferma. Una sociedad que ve impasible como se producen una y otra vez casos como los que condenamos hoy y que condenamos ayer y condenaremos mañana.

Algo no estamos haciendo bien o no estamos haciendo para que se repita.

En este país, hemos recorrido un largo camino en la defensa de los derechos humanos y comenzamos otro camino en la consolidación de los derechos de los diferentes, de los discapacitados, de los dependientes… aunque ahora estamos retrocediendo enormemente en este camino pero poco hemos conseguido en la lucha contra la violencia contra la mujer que es quizás la más vergonzosa violación de los Derecho Humanos según Koffi Anam. ¿Por qué ¿a qué se debe que caigan en saco roto las condenas y las manifestaciones de repulsa? Será que no ponemos la suficiente fuerza en nuestras condenas? Será que no exigimos con la suficiente energía que se utilicen todos los medios necesarios para acabar con una situación que nos envilece como seres humanos y como sociedad...?

Creo que sí. Y eso nos debe llevar a pensar que entonces tenemos una gran responsabilidad en lo que ocurre.

Se recorta y se recorta en los presupuestos en igualdad y en violencia de género y no decimos BASTA YA ¡! Porque no se puede luchar contra algo sin disponer de los medios necesarios para ello. Ya es hora de decir alto y claro a quién ¿ nos gobierna? Que contra la violencia machista no se puede luchar sin medios y por lo tanto exigimos que se ponga a disposición de esa lucha todos los recursos necesarios sin que nos hablen de la crisis, ¿qué crisis?..

La única prevención eficaz a largo plazo de la violencia es a través de la educación en igualdad. La educación pública y de calidad es la garantía para alcanzar una sociedad igualitaria, en la que la violencia no tiene cabida. Pero en la educación también se recorta y se recorta a causa de ¿la crisis?, la crisis de quién ¿ Quién recorta y recorta tiene sin duda una enorme responsabilidad en los hechos que provoca. Hemos de gritarlo así.

De una sociedad en la que se quiere hacer pagar las consecuencias de una ¿ crisis? A quién no la ha provocado en la que se castiga a los sectores más desfavorecidos y se les penaliza, que podemos esperar ?.

La lucha contra la violencia de género debe ser una prioridad para todos, gobernantes o gobernados.

A todas las asesinadas y víctimas de violencia nuestro más profundo respeto y nuestras disculpas por no haber hecho lo suficiente para evitar su asesinato o para evitar su sufrimiento.

También a los hijos/as de los maltratadores, que son siempre víctimas directas de su violencia, os pedimos perdón por no haber sabido evitar vuestro sufrimiento y la pérdida irreparable de una madre.

Pensemos ¿ Podemos seguir degradándonos así ¿. NO.

No podemos seguir así, no debemos consentir que no se pongan los medios para luchar contra esta lacra o que se eliminen los que ya teníamos.

Por eso debemos gritar BASTA .

viernes, 5 de abril de 2013

Manifiesto de la Agrupación Municipal Socialista (PSOE Local) en el Lunes sin sol de 25 de marzo de 2013

Hoy, la plataforma contra la violencia machista, nos concentramos en repulsa por el asesinato de TRES mujeres.


- (El Plural) La directora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Soledad Ruiz, ha confirmado que la mujer degollada el 18/03/13 en su vivienda de la barriada de El Valle en Écija, a manos de su marido, “había presentado una denuncia de 2005 que fue posteriormente retirada”.

- (Europapress) La expareja de la mujer muerta el 18/03/13 en su piso de Reus (Tarragona) ha confesado tras ser detenido por la tarde ser el autor del crimen, han explicado a Europa Press fuentes conocedoras del caso.

- (Europapress) Un hombre de 67 años ha sido arrestado la noche de este viernes 22 de marzo como presunto autor de la muerte de su esposa en el domicilio familiar de Mejorada del Campo, según informó un portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid. La mujer, identificada como C.C.G., de nacionalidad española y 67 años, presentaba un traumatismo craneoencefálico severo por un golpe en la parte posterior de la cabeza, concretamente en la región occipital.
En respeto hacia estas mujeres y todas aquellas asesinadas (12 en lo que va de año), guardemos un minuto de silencio…
Casi todos los lunes del año, 52, tenemos que concentrarnos aquí. La violencia no para, no se frena por las medidas adoptadas por las instituciones, por la vigilancia o los proyectos de apoyo. La violencia continúa y miles de víctimas de maltrato llenan hoy, como cada año, una larga lista del horror de mujeres agredidas en su entorno familiar, laboral o social.

Por eso, porque la violencia no para, la tolerancia debe ser cero. No podemos pararnos porque creamos que tenemos el camino ya recorrido, no podemos pararnos porque existan infraestructuras de apoyo a las víctimas o leyes que las protegen. La realidad es que no son suficientes y las doce víctimas que anotan las estadísticas de 2013 así lo demuestran.

El lenguaje es un arma. Hemos conseguido por fin llamar a las cosas por su nombre, repudiar con nuestras palabras toda clase de violencia. Es imprescindible pero no es suficiente. Por eso, debemos seguir luchando para conseguir una verdadera sociedad igualitaria, para educar a nuevas generaciones que rechacen sin pensar siquiera –de forma instintiva y natural- cualquier agresión, sea verbal o física, tenga o no contenido sexual.

Por eso, no podemos quedarnos en nuestro rechazo de boquilla de la violencia y la desigualdad. Debemos mostrar con todos nuestros hechos una tolerancia cero. Y tolerancia cero es cero. Ni comprensión, ni respaldo, ni pactos ni apoyo ni ayuda. Nada. No podemos dar cobijo con nuestras palabras, ni con nuestros hechos ni con nuestras acciones, por supuesto, a los acosadores, a los maltratadores, a los agresores, a los asesinos.

Cada día vemos y leemos decenas de noticias –algunas ocupan afortunadamente la apertura de los telediarios para mostrar que la violencia es rechazada socialmente- que nos demuestran que el camino no está concluido, que hemos iniciado una senda correcta pero aún hay muchos obstáculos que nos impiden llegar al final del camino. Por ello, cada Lunes Sin Sol seguiremos aquí, demostrando que el silencio nos hace cómplices y que sólo luchando contra cada agresión seremos capaces de hacer una sociedad mejor. Una sociedad sin víctimas.

Pero aún hay algunas campañas de criminalización de las víctimas, impulsadas por algunos personajes y organizaciones, dándose la situación paradójica de que las víctimas son presentadas como verdugos, mientras que los verdugos son convertidos en víctimas.

Una mujer que está viviendo el infierno de la violencia machista, se encuentra en una situación anímica muy difícil para enfrentarse a un proceso judicial. Si a los factores que normalmente una mujer tiene que superar para denunciar a su maltratador, como el miedo al mismo, a la opinión de su entorno familiar y social, a la nueva situación económica, etc., le añadimos el miedo a ser juzgada ella por falsedad en su testimonio, y no su verdugo, por agresión, podemos comprender que estas mujeres se sientan desprotegidos y solas ante tanta injusticia.

La falta de igualdad de género constituye un caldo de cultivo para que, en una sociedad moderna, se originen situaciones conflictivas donde florezca el miedo y la más penosa de sus complicidades: el SILENCIO. Muchos silencios son cómplices de los miedos. Y tarde o temprano se produce el drama violento con los silencios como protagonistas.

Hoy y aquí levantamos de nuevo un muro de palabras contra la violencia de género. Hoy, y aquí, volvemos a ejercer una denuncia firme y voraz que dé fin a esta lacra social conocida como VIOLENCIA DE GÉNERO. Ésta es una lacra, una dolorosa herida por la que se escapa nuestra dignidad como seres humanos.

Pero hemos de recordar que la violencia contra las mujeres no se da sólo en las relaciones de pareja, aunque ésta sea la forma más conocida de todas ellas. También es violencia el acoso sexual, las violaciones como arma de guerra, los matrimonios forzados, la violencia sexual, la prostitución y la trata de mujeres con fines de explotación sexual, la mutilación genital femenina, la discriminación laboral que sufren las mujeres de todo el mundo, donde el salario de la mujer sigue siendo más bajo que el de los hombres, etc,.

Ésta es nuestra realidad. El reto está claro: el sexo con el que naces no puede condicionar tu futuro, ni tus derechos, ni tus deberes. Desde todos los ámbitos y desde todas las tribunas podemos y debemos trabajar en pos de una sociedad más justa e igualitaria.

Conseguirlo es tarea de todos y de todas.

Las leyes en España han cambiado, ahora es el turno de cada uno y de cada una de nosotras de cambiar interiormente para ser un ejemplo de igualdad que se extienda en la sociedad y frene la violencia.

Es nuestra obligación conocer, reflexionar y trabajar sobre este fenómeno universal, en el tiempo y en el espacio, de la desigualdad entre hombres y mujeres, y sobre su cara más amarga y cruel, la violencia de género.

Ha habido maltrato hacia las mujeres a lo largo de toda la historia, pero nunca ha necesitado ser tan cruel, como en este momento, en el que las mujeres toman conciencia de su libertad y autonomía, y algunos hombres, desgraciadamente muchos aún, manifiestan su impotencia usando la violencia.

Por ello, cada lunes, seguiremos aquí, pero en nuestro día a día seguiremos denunciando que el silencio cómplice es otra forma de violencia, la protección y amparo a las maltratadores y la criminalización de las víctimas no es una opción, y que sólo luchando contra cada agresión seremos capaces de hacer una sociedad mejor. Una sociedad sin víctimas y donde los verdugos reciban la reprobación social desde todos los ámbitos y sin silencios cómplices.

Manifiesto de la asociación ADAVAS en el Lunes sin sol del 25 de febrero de 2013

Una mujer de 35 años aproximadamente ha fallecido el 20 de febrero en el barrio de Los Gladiolos de Santa Cruz de Tenerife. El agresor ha sido su expareja, de 42 años.
El pasado lunes 18 de febrero, una joven polaca de 32 años, Agniezska S., fallecía tras más de tres meses en el hospital Miguel Servet de Zaragoza a causa de una agresión de su pareja.
Un minuto de silencio
La desigualdad entre las personas, por razón de sexo, religión, raza, o cualquier otra diferencia singular o plural, genera marginación, injusticia social y violencia.

La igualdad entre las mujeres y los hombres, no solo debe ser considerada como un derecho individual, sino como un bien común para la sociedad, como un camino a seguir para el desarrollo real de la democracia, además de un medio para alcanzar el bienestar económico, social y humano de todas aquellas personas que conviven y comparten recursos materiales e inmateriales a los que tienen derecho por ser personas libres e independientes.

La igualdad real entre mujeres y hombres debe ser un motivo de orgullo democrático, signo de sociedades avanzadas, que ven como el pacto entre géneros y clases sociales, con el objetivo de una mejor distribución de la riqueza, permite el consiguiente acercamiento al uso de los recursos y a las mejoras sociales que hacen que la sociedad disfrute de ello, sea más feliz, más solidaria y menos violenta.

Por ello, se hace necesario, una vez mas, reivindicar, luchar por lo evidente, porque las mujeres tengan los mismos derechos y deberes que los hombres, porque sean consideradas ciudadanas de primer orden, con identidad propia, no por derivación o a través de los derechos de los hombres. Es decir, el derecho al trabajo, a la salud, a la educación, o a cualquier otro, ha de ser ejercido en libertad e individualmente por las mujeres, por el hecho simple de ser personas, no por ser esposa, hija, hermana, o por cualquier otro parentesco o relación.

Las mujeres conforman a nivel demográfico el 52 % de la población mundial, y solo hay que observar las estadísticas para comprender que no hacen uso, ni de lejos, no solo de los recursos económicos, sino tampoco de oportunidades de desarrollo personal y social a que tienen derecho, ni mucho menos en la toma de decisiones en los centros de poder en cualquier ámbito en el que se encuentren.

Para lograr la igualdad real, es decir en la práctica, no en teoría, entre mujeres y hombres, no sólo es necesario cambiar las leyes y éstas, respetarlas y ponerlas en práctica por parte de las administraciones y poderes públicos, sino que es necesario el cambio de mentalidad colectiva, evolucionar en nuestro imaginario personal hacia los modelos de igualdad, practicando acciones que tengan como objetivo el bien común, con nuestras hijas e hijos, padres, madres, hermanos, hermanas, vecinos, vecinas, es decir, con todo nuestro entorno.

De los hombres en general no es fácil esperar que se pongan en marcha de forma voluntaria para evolucionar hacia un cambio de mentalidad, el cual ceda terreno a los valores femeninos en detrimento de la pérdida de algunos de los suyos propios, y en aras de una integración real de todos los valores humanos. La experiencia nos lo demuestra y nos lo ha confirmado a lo largo de décadas y siglos. Por ello, es imprescindible que sean las mujeres las que se pongan en marcha, las que sigan trabajando en ese camino de la igualdad, un camino que avanza y retrocede continuamente, cuando las crisis de todo tipo, sobre todo las económicas, con sus recortes y con la salida de nuevo a la luz de modelos patriarcales, machistas, ingenuamente creídos, ya obsoletos, pero que desgraciadamente siempre están ahí, agazapados, acechando, para hacernos ver, que los avances no han cuajado en nuestro imaginario colectivo, sino que perduran y se fortalecen, cuando las mujeres no están alerta o abandonan la lucha.

A veces, las mujeres juegan papeles aprendidos desde niñas, heredados de generaciones anteriores, también víctimas del machismo, que fortalecen la vuelta a épocas pasadas, y hacen más difícil avanzar en el camino de la igualdad, eso, también tiene como consecuencia que la lucha de los nuevos movimientos de mujeres jóvenes no avancen con la rapidez que sería deseable, y que muchos de ellos retrocedan.

Es triste saber que existen muchos comportamientos de mujeres que potencian y dan alas a las prácticas machistas de tantos y tantos hombres, los cuales siguen siendo y ejerciendo de machistas radicales unos, otros enmascarados, intentan aparentar hipócritamente que están en contra de la desigualdad, y algunos que también los hay, por cobardía o por miedo a ser malinterpretados por otros hombres, toleran y miran para otro lado. En general todos participan en una medida u otra, de prácticas y gestos que desvalorizan y provocan el rechazo a las mujeres, y es cierto que, no un número pequeño de las propias mujeres, paradójicamente, también por miedo a ser rechazadas, se hacen eco de ello. Es un círculo vicioso e insano, del que es imprescindible alejarse de una vez por todas. No hagamos coro cuando los hombres ridiculizan o infravaloran a las mujeres. Tenemos que unirnos. No permitamos que los usos patriarcales enfrenten a las mujeres, olvidando quienes ejercen la violencia contra las mujeres.

Hemos de buscar la solidaridad entre todas nosotras, creando redes de apoyo materiales e inmateriales. El apoyo moral que lleva a la comprensión, a la aceptación, a la no marginación, es a veces tanto o más importante que la ayuda económica, imprescindible, sin duda, para la propia emancipación de las mujeres, pero, a la vez, el mundo emocional de las mujeres es tan rico que las hace más sensibles al sufrimiento, si eso es así, debemos tomar partido colaborando, no culpabilizando a las propias víctimas de la violencia machista de sus desdichas, con juicios que empeoran aún más su situación, disculpando, muchas veces, las agresiones de los hombres, que en definitiva son los que provocan ese sufrimiento, a través de una violencia ejercida por el poder que se otorgan a si mismos, por el analfabetismo emocional en el que están inmersos los agresores, y porque en definitiva la sociedad se lo consiente.
“Solo la organización y la solidaridad entre las personas hará posible la igualdad social entre todos los seres humanos y alejará la violencia que se ejerce contra las mujeres”, “No olvidemos que cada mujer puede ser víctima de violencia machista solo y exclusivamente, por el hecho de ser mujer“